domingo, 31 de marzo de 2013

MI PRIMERA EXPERIENCIA



Yo desde pequeño quería montar a caballo, solo que la gente me decía que no había hípicas cerca.
Cuando tenia 10 años, me enteré que una amiga mía montaba a caballo y yo le empecé a preguntar cosas sobre las clases y todo eso. Un día me propuso que fuera con ella a su hípica y que conociera a los caballos, a la gente y a la profesora. Cuando acabó la clase, fui a ver a la profe para preguntar cuánto costaba, ella me dijo que primero probase y después hablaríamos con los padres. Cuando fui a casa con una gran sonrisa en la cara, hablé con mis padres, pero no les pareció buena idea por el tema de las caídas y todo esos líos. Mis padres querían que tocara la guitarra, pero no, yo quería montar a caballo. Por la tarde cuando iba a probar lo de montar a caballo con una gran sonrisa, me dejaron un caballo que se llamaba Torbellino. A mí me encantó, fue una sensación indescriptible. Al final, después de mucho esfuerzo, convencí a mis padres. E inmediatamente empecé a montar a caballo. Yo naturalmente montaba todos los sábados, he de reconocer que cuando llovía y no podía ir a caballo, lloraba (pero ahora no, que quede claro).
Esa hípica se podía decir que era como mi segunda casa, todos parecíamos una gran familia, ya que pasaba todos los sábados allí con todos los amigos y los caballos.
Un día fuimos a montar, pero nuestra profesora no estaba, y había otro profesor nuevo. Mi primera impresión de él no fue buena, se puede decir que no me cayó muy bien, me parecía muy estricto, pero acabó siendo mi profesor favorito. Se puede decir que gracias a mí, mi hermana empezó a montar a caballo y después mi mejor amigo también. A partir de ese momento, muchas hípicas diferentes, muchos caballos, muchas rutas.... que ya iré explicando. 




4 comentarios:

  1. ¡Qué bonita experiencia! Me ha gustado mucho. La foto del caballo en el prado de flores amarillas es preciosa :)

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  2. Hola Guapetón!!! Me ha gustado mucho tu primera entrada, las fotos son chulísimas y tu experiencia está muy bien contada. Me ha encantado leer como fue que conociste o llegaste a formar parte del mundo de los caballos, estoy deseando conocer más historias.

    Besitos. ^_^

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  3. Una experiencia preciosa, y mira tú por dónde se parece cantidad a la que tuvo mi hijo. El empezó con siete años a decir que quería montar a caballo, al final le tuvimos que llevar a una hípica cercana, e imagínate. Empezó yendo los sábados, luego los domingo también, y hoy, después de tres años va cuatro días a la semana a montar. No puede vivir sin caballos, si llueve o nieva y no puede ir llora como un bebé. Han formado allí una gran familia, y está feliz. Para él, la hípica es su segunda casa, y su profesor es el mejor del mundo para él. Ahora le ha contagiado el gusto por este precioso animal a su hermano pequeño que tiene seis años, y me tienen loca, llevándoles y trayéndoles a todas horas.
    Así que indirectamente me siento identificada con tu historia.
    Las fotografías preciosas.
    Me encantará seguir leyéndote. Un abrazo.

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  4. Hola jinete solitario, me ha gustado mucho tu experiencia del caballo y yo también me he sentido identificada contigo pues yo también tengo dos hijos apasionados del caballo, les encanta tu blog, esperaremos más experiencias, un saludo.

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Gracias por vuestros comentarios.